Bookmark and Share

martes, 2 de diciembre de 2008

Las Bienaventuranzas

Bienaventurados los pobres; porque de ellos es el Reino de los cielos

-" La pobreza es la puerta de entrada a la vida cristiana. La pobreza cristiana une la actitud de la apertura confiada en Dios con una vida sencilla, sobria y austera que aparta la tentación de la codicia y el orgullo; consiste en una libertad de corazón, en un desprendimiento total para crecer en el amor."
-¿Que es el Reino de los cielos?
Es el Reinado de Dios en nosotros, que comienza cuando Jesús entra en nuestro corazón



Bienaventurados los mansos; porque ellos poseerán la tierra

Pobre, indica una condición social; manso significa una condición moral. Desde allí, se empieza a ver la diferencia entre la primera y la segunda bienaventuranza.
"Los mansos son los pacíficos, los pacientes, que no se irritan cuando son contrariados; que no se encolerizan, cuando se les hace la vida difícil; que no son inclinados a perder el equilibrio en una situación conflictiva. Un hombre manso de corazón es siempre dueño de sí, no intenta dominar, ni imponerse, y está siempre pronto a inclinarse y humillarse por amor ante lo demás.
La humildad, la dulzura y la fortaleza son componentes indisociables, mansedumbre cristiana no es solamente suavidad; es también fuerza interior. Suavidad y fortaleza; armonía divina de contrarios - reflejo del comportamiento de Cristo, como Cristo, el cristiano ha de tener mansedumbre tejida con fortaleza, ha de resistir al mal, haciéndole frente con resuelta firmeza."
-La promesa de la tierra es la promesa de un futuro mundo de paz.


Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán consolados


-Son bienaventurados los afligidos y los que lloran, porque el dolor nos lleva a buscar a Dios.
-Sufre aflicción quien siente en carne propia el dolor del prójimo y no se conforma con las injusticias y sufrimientos a los que son sometidos los más débiles.
-Sufre aflicción quien rechaza el mal que se impone en el mundo y vislumbra el dolor que causamos a Dios.
-La aflicción nos purifica, nos cincela, nos hermosea y nos acerca a cristo, de donde proviene todo consuelo.


Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados

-Justicia se utiliza aquí en el sentido de verdad
-Esta bienaventuranza esta relacionada con la que se refiere a los afligidos que serán consolados; de la misma manera que reciben una promesa los que no se suman al mal que se impone a través de la dictadura de opiniones y costumbres dominantes, aquí se les habla a los que no se conforman con vivir en la oscuridad y buscan encontrar una luz que les guíe a la verdad y el bien verdadero.
-Se les promete que serán saciados porque quien busca verdaderamente el bien y la verdad “se encuentra en el camino de cristo”y sólo El puede satisfacer la necesidad de amor, verdad, justicia y eternidad que anida en el fondo del corazón del hombre.


Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos obtendrán misericordia

-"Esta bienaventuranza presenta gran afinidad con la de la mansedumbre. Mientras el núcleo de la mansedumbre es la humildad de corazón, la misericordia está concebida como compasión de corazón. No es sólo el sentimiento que tienen personas sensibles al sufrimiento de los demás sino también los actos concretos que resulten de estos sentimientos. Ser misericordioso equivale a practicar la misericordia."
-La lección de esta bienaventuranza es que la misericordia de Dios obra a través de nuestra propia misericordia. La indolencia ante el dolor del prójimo endurece nuestro corazón y le incapacita para recibir el amor y la misericordia de Dios.


Bienaventurados los limpios de corazón: porque ellos verán a Dios

-El corazón limpio es un corazón que ama a Dios y al prójimo, por lo tanto sólo puede albergar sentimientos buenos y generosos y no hay lugar en él para el odio, el rencor o la hipocresía.
Pureza de corazón es esencialmente sinceridad, transparencia; consiste en una perfecta coherencia entre lo que pensamos y sentimos con lo que manifestamos. Es una sinceridad radical que procede de mirar y ver a través de los ojos del amor.
"Para el puro todo es puro. El ideal no será tener el corazón libre de pecado - ideal inaccesible - sino ser leal, sincero, generoso con Dios y con los hermanos. Esta pureza no se funda sólo en el cumplimiento de la moral, ni siquiera en la realización de unas acciones buenas (limosna, oración, ayuno) si éstas nacen del orgullo o la hipocresía, se fundamenta mas bien en la actitud de un corazón transparente y sin doblez."

-¿Qué es ver a Dios?
Dios es omnipresente, lo cual significa que siempre está presente, en todas partes (Salmos 139:7-13; Jeremías23:23), por lo tanto podemos deducir que Dios esta siempre cerca de nosotros aunque no le percibamos.
-“Así como es necesario tener limpios los ojos para ver la luz natural, no puede verse a Dios si no tenemos purificado aquello con lo debemos percibirle: el corazón". Verle es sentir "con el corazón" que nos encontramos ante su presencia.


Bienaventurados los que trabajan por la paz; porque ellos serán llamados hijos de Dios

-Pacificadores son los que se emplean activamente en establecer o reestablecer la paz, allí donde los hombres están en discordia, donde están divididos entre sí; trabajar por la paz es buscar la reconciliación entre los hombres y entre Dios y el hombre. Se trata de una acción y no sólo un sentimiento.
-En el evangelio sólo se llama hijos de Dios a los pacificadores y a quienes aman a sus enemigos porque así obra Dios.


Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos

- justicia:
En el antiguo testamento significaba cumplir la voluntad de Dios señalada en la ley y los mandamientos que Dios había enviado a través de los profetas.
En el nuevo testamento significa cumplir la voluntad de Dios manifestada plenamente en Cristo.
Los perseguidos a causa de la justicia son los perseguidos, descalificados, insultados, calumniados o incluso martirizados por seguir a Jesús, por ser sus discípulos.
Esta bienaventuranza es una palabra de aliento y de consuelo para la iglesia perseguida de todos los tiempos.

Fuentes: Las Bienaventuranzas Lino Dolan O.P.